27/10/2022
La exposición “geográfica-biográfica” del pintor Ricardo Toja, reúne cuarenta obras significativas entre pinturas y dibujos, y conmemora el décimo aniversario del fallecimiento de Ricardo Toja Landaluce (Gordexola, 1932 - Plentzia, 2012).
Sala Ondare de la Diputación Foral de Bizkaia acoge hasta el 25 de febrero de 2023 la exposición “geográfica-biográfica” del pintor de Gordexola Ricardo Toja que presenta obras, pinturas y dibujos, muy significativas del artista. Begoña de Ibarra, Directora General de Cultura de la Diputación Foral de Bizkaia ha presentado la nueva exposición temporal de la sala foral junto a las personas que han comisariado la muestra Alicia Fernández y Gorka Mayor López.
De Ibarra ha resaltado que “Entre los objetivos de Sala Ondare está recuperar la memoria histórica de artistas de Bizkaia, de instituciones, o asociaciones y atender a las necesidades de visibilizar y poner en valor el trabajo y la trayectoria de generaciones de artistas de diferentes estilos y épocas”. Begoña de Ibarra ha explicado que “Es la primera exposición que se hace tras su fallecimiento. El artista de Gordexola perteneció a la primera generación de artistas de posguerra, y la muestra que hoy se abre al público trata de recuperar la memoria de este pintor y poner en valor su obra artística para que las siguientes generaciones tengan una lectura didáctica de quién fue Ricardo Toja.”
La exposición “geográfica-biográfica” del pintor Ricardo Toja, reúne cuarenta obras significativas entre pinturas y dibujos, y conmemora el décimo aniversario del fallecimiento de Ricardo Toja Landaluce (Gordexola, 1932 - Plentzia, 2012).
Las obras expuestas en Sala Ondare proceden de colecciones particulares y colecciones públicas, de instituciones como el Museo de Bellas Artes de Bilbao, Gobierno Vasco, Cámara de Comercio de Bilbao y BBK Fundación Bancaria.
Para la ocasión se han producido dos audiovisuales. El “Abededario para Ricardo Toja Landaluce”, realizado por Miguel Toja Aguirre, que reinterpreta el amplio texto escrito por Bernardo Atxaga en 1992 para el catálogo de la exposición de dibujos que Toja presentó en el Aula BBK de Bilbao. En el segundo audiovisual, grabado en 2010 y realizado por Jesus Serrano e Idoia Jauregi, el propio artista explica el recorrido “geográfico-biográfico” de la muestra celebrada ahora en sala Ondare.
La exposición, definida por el artista como “geográfica-biográfica”, presenta imágenes representativas de una trayectoria artística que Ricardo Toja quiso unir con sus localizaciones vitales: primeros años en Gordexola, después Lutxana, Canarias, Bilbao, Madrid, residencia artística en Oslo, la etapa alavesa de Menagarai y finalmente, Plentzia. Estas geografías marcarán su obra y sustentan el hilo argumental de la muestra.
Pintor de afectos y devociones, en sus cuadros y pinturas apreciamos anotaciones autobiográficas; tanto en la elección de los temas como en el orden y el tiempo impuesto a la pintura. Decía Ricardo Toja que la pintura es “para ser pintada y, si hay suerte, para ser contemplada por algunos prójimos. Y punto.” Desde esa posición trabajaba con las imágenes ligadas a su biografía, ligando su pintura a momentos y recuerdos vivos en su memoria.
Señala Bernardo Atxaga que “el afecto está dentro de sus cuadros y ni uno solo de sus motivos es casual. Todos llevan al valle natal, al mío, al suyo, al de muchos.” Y añade el escritor: “Hay en Toja una fuerza que le empuja hacia lo íntimo y recogido y hay también la búsqueda de unos paisajes que, zafándose del peso del mundo, nos ayuden a ordenarnos, a crear un algo ordenado en nosotros mismos”.
La exposición
El primer conjunto temático de la exposición está dedicado a Gordexola, pueblo natal de Toja: paisajes ribereños junto al río Herrerías, caseríos y montes, el entorno de la ermita de San Juan de Berbikez y el monte Bikirrio.
Tras residir durante la Guerra Civil en el barrio de Lutxana, en Barakaldo, la familia se trasladó a la isla de Gran Canaria. Toja recordaría esta etapa canaria, que coincidió con el paso de la infancia a la primera juventud, como una de las más felices de su vida. A comienzos de los ochenta, a raíz de un viaje a la isla, incorporará la temática canaria a su obra pictórica.
La familia regresó a Bilbao en 1945 y en la capital vizcaína Toja sufrió el ambiente oscuro y represivo de la época, pero también inició su andadura en el mundo del arte, con Oteiza como uno de sus primeros maestros y la pintura de Juan Gris y el cubismo entre sus referencias. Una de las figuras que más influiría en la pintura de Toja fue José María de Ucelay, tanto en la elección de motivos como en la forma de representarlos, punto de vista y cromatismo.
A mediados de los años noventa una serie de circunstancias sumieron a Toja en lo que él denominó como “época tenebrosa”, emocionalmente convulsa, de la que surgieron una serie de pinturas y dibujos que muestran desolación y desasosiego.
Ricardo Toja mantuvo con Galicia un estrecho vínculo afectivo desde la niñez: gallegos eran muchos de los tripulantes de los barcos que capitaneaba su padre. En septiembre del 2005 viajó hasta la Costa de la Muerte en busca de los orígenes del apellido Toja.
Junto con Gordexola y Canarias, Plentzia es otra de las geografías dibujadas por Toja desde que en los setenta compró y restauró una destartalada casita del siglo XVIII en el casco viejo de la localidad. Las paletas configuran otro grupo de obras, menos conocidas y cercanas a la abstracción, que el artista compaginó con las piezas figurativas realizadas en los últimos años de su vida.
El artista
Ricardo Toja Landaluce (Gordexola, 1932-Plentzia, 2012) perteneció a la primera generación de artistas de posguerra, de la que también formaron parte Agustín Ibarrola, Iñaki García-Ergüin, Norberto Ariño de Garay, Jose Barceló e Ismael Fidalgo, entre otros. Comenzaron su aprendizaje y andadura en Bilbao, a finales de los años cuarenta y primeros cincuenta, bajo el padrinazgo de Jorge Oteiza, recién llegado de América, y el magisterio de artistas de la preguerra que permanecieron en el País Vasco como Fernando Maidagan, Enrique Nieto Ulibarri y Matías Álvarez Ajuria. Toja continuó su formación en Madrid, becado por la Diputación Foral de Bizkaia entre 1964 y 1965, y en Oslo en 1966 con la ayuda económica de la Fundación Juan March. A su vuelta se quedó en Madrid sin perder el contacto con Euskadi, exponiendo de forma regular, individual y colectivamente, en Bilbao y, ocasionalmente, en Madrid y Donostia. En 1992 estableció su residencia en Plentzia.